Qué es el Marketing Político. Introducción

Normalmente asociamos el término de Marketing Político a elementos de manipulación de sentimientos y opiniones de las personas a través de recursos complejos de comunicación. Se tiende a pensar que estas acciones ejercen una fuerte influencia sobre el pensamiento y voluntad de los electores y que, por tanto, aquellos que mejor manejen los medios de comunicación llegarán a detentar el poder en las sociedades democráticas. La tradición dice que ninguna campaña por bien hecha que esté hace ganar por sí sola a un candidato, pero que una mala campaña si hace perder unas elecciones a cualquiera.

Anteriormente, los políticos tradicionales intentaban conseguir votos a través de dos técnicas elementales: la Elocuencia y el Conocimiento Directo de su electorado. Si conoces a tu electorado y sabes de sus gustos, intereses y sensibilidades, trabajas sobre un terreno cultivable y es más fácil obtener una mejor cosecha, si a eso añadimos un candidato elocuente, con facilidad de palabra y una imagen medianamente agraciada, las adhesiones están servidas. Sin embargo, y a medida que los cuerpos electorales se han hecho masivos (millones de electores) se hacen necesarias técnicas más eficaces de comunicación que puedan elevar el mensaje en el menor tiempo posible y a la mayor cantidad de personas de forma unívoca. Todo ello ha ido llevando a lo largo de estos últimos años a la aparición de  nuevas fórmulas de comunicación, técnicas de encuestas de opinión y análisis que siguen estrategias marcadas por la idiosincrasia del electorado y de acuerdo a los objetivos del partido político.     

En la actual sociedad, los partidos políticos son auténticas empresas que actúan con las leyes del mercado, producen productos políticos que ofrecen a sus clientes (los electores) y esa oferta: justicia, igualdad, eficacia, autoridad, libertad, etc. cubre las necesidades de un mercado complejo donde intervienen las ofertas, las demandas y el implacable juego de las marcas: Izquierda, derecha, socialistas, conservadores, liberales, progresistas, etc.  Con la comunicación política se pretende que la oferta del candidato satisfaga la demanda del elector, siempre a través del juego de la honestidad, la confianza y la competencia y donde las propuestas creativas basadas en la renovación suelen ganar por goleada. 

En estos momentos, las técnicas de sondeo de opiniones son cada vez más sofisticadas y utilizan técnicas de investigación muy avanzada. Estas técnicas ofrecen muchas ventajas para el conocimiento del cuerpo electoral y de sus conclusiones se va a crear una estrategia política lo más racional posible. Sin embargo, en muchos casos, los sondeos electorales tienen efectos deformadores de la opinión pública y ejercen una influencia decisiva en las campañas electorales y en los potenciales electores. Esto no significa que estas encuestas adolezcan de grandes márgenes de error, sino que, y está demostrado, el tiempo que transcurre desde que se publican las primeras encuestas hasta las últimas, provoca efectos distorsionadores de la voluntad popular y condiciona excesivamente el sentido del voto. De todas formas, de este tema hablaremos de forma extensa en los siguientes artículos.